El
aplicar esta técnica, sencilla y rápida, nos exigirá seguir con atención el
texto y evaluar continuamente qué es lo que el autor quiere decir y qué es lo
más importante de cada párrafo.
Obliga
a centrar la atención y a leer comprensivamente.
Sólo debemos subrayar lo
fundamental.
Lo ideal —y casi siempre posible—
es subrayar de modo tal que al leer sólo lo subrayado el texto conserve su
sentido y recoja toda la información necesaria para la comprensión de los temas
fundamentales.
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